lunes

Después de ese momento.

Yo los miro y ellos me miran. Desde las fotos, ellos me miran. Desde esos retratos que veo como imágenes silenciosas que contrastan con los ruidos estridentes y mezclados de ese momento. Ruidos altisonantes, llenos de dolor y desesperación que -debo confesarlo- me producen un espanto tan grande como las imágenes que he visto de aquellas horas posteriores a ese momento.
Y junto con las fotos están también las historias breves. Testimonios coloquiales y simples. Certeros y suficientes para describir y poner en presente, con pocas palabras, a cada uno de los personajes ausentes.
Soledad y Lucía, las autoras de este trabajo, pertenecen a la misma generación de quienes perdieron su vida en ese momento. No tienen una conexión directa con el hecho, pero se han propuesto sostener la memoria. Entre tanto dolor, una pequeña luz que reconforta.
Son dos jóvenes que no estaban allí, pero podrían haber estado. Podrían haber fotografiado o escrito sobre otro tema, pero no. Trabajaron sobre el hoy de ese momento. Como los mejores testigos -siempre los más temidos- no emiten opinión. A seis años, muestran el estado de las cosas. Y no olvidan.

Juan Travnik, curador Teatro San Martín, sobre la muestra fotográfica "Viví".